Un calabazín orgánico

Ciertamente hay felicidad en cultivar un huerto cuando así se puede comer del fruto de tus propios y directos trabajos.
En la actualidad no todo el mundo que quiere puede tener un huerto. Y así hay muchos que tienen tierras y no las cultivan y otros sin tierras las quieren cultivar. El descasado de mi padre decía que las tierras son o tienen que ser de quien las trabajas. Eso es lo ideal y algún dia será un derecho más de los ciudadanos el tener derecho a cultivar un trozo de terreno mientras viva y lo cuide. Por supuesto que el estado debe de estar para fomentar la felicidad de los ciudadanos.